A medida que la joya va tomando forma, guiada por manos expertas y la paciencia que es un arte en sí misma, Elsa recuerda el pasado con silenciosa nostalgia, sin apartar jamás la vista de su oficio. “Arlindo es un excelente artesano, ¡incluso más exigente que yo!” Ella dice con orgullo. Fue de sus manos que nació el anillo de compromiso, realizado en filigrana, por supuesto, para sellar una promesa de amor para toda la vida.